domingo, 3 de mayo de 2009

Star Wars al desnudo

Hace poco, poco tiempo, en una galaxia muy, muy cercana…podíamos visitar todos los planetas del universo Star Wars en tan solo una tarde. Star Wars, The Exhibition llegó a Madrid de la mano de Lucasfilm para satisfacción de todos los fans de la saga, que pudieron ver más de 200 objetos originales así como vídeos que explicaban cómo se rodaron las películas.

Desde lo alto, dos guerreros con coraza blanca atisban el horizonte en busca del enemigo. A sus pies se extiende una masa de unas cien o doscientas personas dispuestas en dos filas. Se respira la tensión en el ambiente. Unos metros por delante se desata la primera disputa: “¿Cómo que no hay tiempo? ¡Llevamos aquí casi dos horas!” “Lo siento, yo puedo venderle las entradas pero no va a poder pasar. Resérvelas para mañana”. Un padre de familia discute con el taquillero del espacio Arte Canal, del Canal de Isabel II, porque ya no podrá entrar en la exposición a pesar del tiempo que lleva en la cola, controlando los correteos y las preguntas impacientes de sus dos hijos pequeños.

Unos paneles luminosos al lado de las taquillas anuncian que se han agotado las entradas para la Escuela Jedi. A continuación informan de que la duración aproximada de la visita es de dos horas. Son las 19:30 de la tarde. El horario de cierre es a las 21:00. A pesar de que todavía una larga fila de personas espera para adquirir su entrada, lo cierto es que la opción más sensata es reservar. Una hora de frío bajo la lluvia para nada.

Episodio II: La espera continúa
Con la entrada ya en la mano se accede directamente a la cola de acceso a la sala. Casi al lado de la puerta, un grupo de chicos de unos 20 años, espada láser en mano, repiten diálogos de la película. A su lado, una niña pequeña en brazos de su madre mira con desconfianza a los blancos soldados que también hoy custodian la entrada de la exhibición. Los encargados de dejar pasar a la gente mantienen el cordón de seguridad cerrado. Hasta que no reciban el aviso de que al menos veinte personas hayan salido, no podrán dejar entrar a nadie más. Parece que después de todo la espera va a ser larga.




Vídeo: Imágenes de la exposición en Madrid. Duración: 6 minutos 57 segundos.

Por fin dentro. La fanfarria musical que acompaña el principio de las seis películas de La Guerra de las Galaxias resuena por el largo y enmoquetado pasillo. Varios fans se hacen fotografías con el primer cartel de la exposición que cuenta cómo se le ocurrió a George Lucas la idea para crear su universo. Unos metros más allá una puerta hexagonal blanca, como de nave espacial, es la última frontera que hay que cruzar antes de sumergirse de lleno en la magia.

"Que la fuerza te acompañe"
R2D2 y C-3PO dan la bienvenida al visitante en el espacio central de la sala, que recrea una gran nave espacial y da acceso a los otros 9 ambientes o planetas que configuran la exposición. Si viéndolos en pantalla resulta difícil imaginar que dentro de los dos robots pueda haber personas, viéndolos cara a cara resulta más desconcertante aún: R2D2 es más pequeño incluso que el niño de 9 años que se está haciendo una fotografía a su lado, y C3PO resulta extremadamente delgado como para creer que un hombre adulto haya podido vestirlo como disfraz. No obstante, la realidad y las fotografías de los dos actores (Kenny Baker y Anthony Daniels, respectivamente) que interpretaron sus papeles contradicen a la lógica.

El espacio más interesante en cuanto a contenidos cinéfilos es el planeta Naboo, hogar de la reina Padmé Amidala. Los vistosos vestidos utilizados por la actriz Natalie Portman embelesan a la mayoría de las visitantes femeninas, por lo que hay constantemente una pequeña cola para poder realizarse una fotografía junto a ellos. Tras unos diez minutos viendo poses conseguimos nuestro objetivo: una fotografía de los vestidos…y sólo de los vestidos. También aquí está el asiento del maestro Yoda en el Templo Jedi, y la ropa del caballero Jedi Qui-Gon Jinn, muy cerca de la de su verdugo, el lord Sith Darth Maul.



De izquierda a derecha, la reina Amidala, Darth Maul y Qui-Gon Jinn. Fuente: imagen propia.


Tatooine, el planeta natal de Anakin Skywalker, es la sala más iluminada, quizás para recordarnos el clima árido y desértico del lugar. La sala de la Estrella de la Muerte, en cambio, intimida: sus paredes son negras, el techo tiene líneas paralelas de color rojo sangre y la música no es, precisamente, alegre: La Marcha Imperial, la segunda melodía más famosa de Star Wars, que sirve para introducir al personaje de Darth Vader en todas sus apariciones, suena tenuemente, amenazadora, advirtiendo de la presencia del tercer mejor villano de la historia del cine, según el American Film Institute. Aunque parezca mentira, es mucho más fácil hacerse una foto con Vader que con los trajes de la reina Amidala, quizás porque los niños no parecen tan interesados por ese personaje “tan feo” como por los robots y demás “muñecos” como el maestro Yoda o un Ewok.



Tres ejemplos de storyboard hechos a mano para las películas. Fuente: imagen propia.


Si lo que se busca, en cambio, es adentrarse en el proceso de producción de las películas, hay a lo largo de la exposición numerosos vídeos del rodaje así como storyboards originales escritos a mano y con lápiz, de modo que cualquier fan puede fácilmente visualizar al propio George Lucas haciendo las anotaciones. Lo mejor es la sala de proyecciones, donde un completo documental detalla los trucos empleados para crear los efectos. De todos modos, la exposición no es recomendable para todos los públicos, pues todavía hay quien escoge creer que la magia del cine es real, como el joven que protestaba ofendido a su compañero de asiento porque “¡la lava de la pelea de Anakin y Obi-Wan era solo pintura en una maqueta!”. Real o no, por si acaso, ¡que la fuerza nos acompañe!

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